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SuscribirmeBanco Popular: Malas noticias para las Pymes
La compra del Banco Popular por Banco de Santander, deja en el aire el futuro de la financiación a las Pymes españolas.
Hoy se ha despejado el problema que desde hace meses viene nublando el panorama del sistema financiero español. El Banco Popular Español, el sexto banco del país y casi centenario, ha sido adquirido por el Banco de Santander por el precio de un euro.
Hace tiempo también que se ha hablado de quien gana y quien pierde en este proceso. Se ha hablado de los accionistas, los bonistas, los empleados, el sector público…
Parece claro que los accionistas lo perderán todo, los bonistas perderán gran parte -según la categoría de sus productos-, los empleados salvan hoy su empleo aunque se enfrentan a un proceso de reestructuración que será doloroso y el sector público puede respirar aliviado, porque se ha librado de activar los mecanismos de resolución de entidades que siempre suponen dinero, aunque sea público-privado como el Fondo de Garantía de Depósitos. Amén del problema reputacional que habría supuesto para España liquidar su sexto banco.
De todo ello habrá seguro referencia en toda la prensa económica. Pero en esta nota vamos a tratar de un problema que no es evidente y puede que ni sea tratado por la prensa económica: el impacto de la compra del Banco Popular por el Santander sobre la financiación de las Pymes españolas.
Empiezo por obtener y sumar algunos datos de las memorias de ambas entidades del ejercicio 2016:
Vista la evolución reciente del sistema financiero, donde desde 2010 a 2016 hemos pasado de 42.894 oficinas bancarias a 28.643 (-33%), lo más probable es que el nuevo dueño busque rentabilizar la operación (o hacer frente a sus costes, según se mire) por la vía de la eficiencia, que en los manuales siguen el siguiente guion:
– Integrar el negocio en la red propia, desmontando la red de distribución del banco adquirido.
– Desmontar su estructura de servicios centrales.
– Gestionar el excedente de personas de mayor edad, realizando un ERE.
– Liquidar todos los activos no estratégicos para el comprador.
A estas medidas económicas sigue otra inevitable, que es la de liquidar la cultura corporativa de la entidad integrada. Nunca se evalúa si tenía o no algo positivo, hay que liquidarla cuanto antes y que no sea un obstáculo en el calendario del proceso.
En el sector bancario, Banco Popular desde hace muchos años era el banco de las Pymes. Los grandes bancos tenían una orientación de banca corporativa y eso de las Pymes eran migajas para actores locales: Cajas de Ahorro y bancos pequeños. Nunca entendieron ese negocio, para el que se requerían capacidades singulares que ni tenían ni les importaba no tenerlas.
Hoy busco en la memoria del Banco Popular de 2016 y extraigo este párrafo:
“Banco Popular sigue siendo el líder en Pymes, con una cuota de mercado de 17,7% (+120pb en 2016) y un tipo de contratación en este segmento +47pb superior a los competidores. Las Pymes continúan representando más del 63% de la producción anual.”
Esto explica el titular del artículo: Malas noticias para las Pymes.
Un 18% de la cuota en cualquier mercado es mucha cuota. Si desaparece el proveedor del 18% de las Pymes significa que 1 de cada 5 Pymes van a tener que enfrentarse a un ajuste de sus procesos y proveedores financieros.
Podría afirmarse que las financiaciones del Banco Popular serán sustituidas por el Banco de Santander, pero todos sabemos que no va a ser así.
El desconocimiento de estos clientes por parte de su ‘nuevo banquero’, unido al cambio de todos los interlocutores, y a criterios de concentración de riesgos al sumar las posiciones de financiación del BP y BS, va a derivar de forma inevitable en el recorte de las financiaciones vigentes para ese 18% de las Pymes.
No hablemos ya de si necesitan iniciar nuevos proyectos.
Esto no es sino un episodio más del fenómeno de concentración financiera que estamos viviendo de forma aguda desde 2007.
Y en este proceso, la Pyme es el eslabón más frágil. No olvidemos que el cierre de la financiación es la principal causa del cierre de más de 200.000 Pymes en España entre los años 2008 y 2013.
Evidentemente, el contexto actual no es el de aquellos años ni la situación del sector financiero la misma. El origen del problema del Banco Popular es el mismo que ya se llevó por delante al sector completo de las Cajas de Ahorro: los activos inmobiliarios. Banco Popular tiene más del doble de activos improductivos que la media del sector (25% de sus activos totales frente al 11% de la media), que ha intentado digerir mediante ampliaciones de capital, y otras medidas que al final han resultado insuficientes para mantener su viabilidad.
La situación no es la misma que entonces, pero las consecuencias sí: menos actores y menos crédito.
Sin pretender dar lecciones a nadie, nuestras conclusiones son las siguientes:
– La concentración bancaria no ha concluido. Con independencia de las marcas de los bancos, se reduce drásticamente el número de puertas a las que llamar para solicitar un crédito a la banca.
– Los acuerdos de Basilea III, que regulan el capital que un banco necesita para realizar su actividad y poder afrontar situaciones de crisis, penaliza de una forma importante el crédito a estructuras financieras débiles, como las que tienen las Pymes en España. Podemos no tardar en ver restricciones en el crédito a Pymes, porque con independencia del tipo de interés, el consumo de capital de este tipo de activos no lo hace rentable para el banco.
– El crédito es necesario para el desarrollo económico. Sin crédito ni se arrancan las máquinas de una empresa cada mañana, ni se mueven camiones, ni nada de nada.
– Por tanto, es necesario desarrollar nuevos mercados de financiación que permitan a una Pyme obtener financiación para sus proyectos, sean de circulante o de inversiones en activos fijos.
– Para una Pyme es necesario disponer de fuentes de financiación adicionales a las que representa el sistema bancario. Por pura prudencia empresarial es necesario poder hacer frente a demandas inesperadas de liquidez. Por ejemplo, si un banco te recorta o cierra la línea de financiación que mantenía desde hace años. Puede que algún empresario se haya percatado hoy de este hecho.
– En este escenario el Crowdlending es una alternativa rigurosa y profesional donde una Pyme puede obtener financiación en condiciones transparentes y competitivas y sin tener que firmar contratos y condiciones indecentes.
– Y dentro del Crowdlending, nuestra recomendación es operar sólo con entidades autorizadas por la CNMV, por las garantías que representa la regulación española, tanto para las Pymes solicitantes de financiación, como para los inversores que las apoyan.
El mundo se mueve deprisa y la industria financiera se enfrenta a día de hoy a la mayor transformación conocida en su historia, desde los tiempos del nacimiento de la banca moderna en la Florencia de los Medici del Siglo XIV.
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