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SuscribirmeBreve balance de 2020
El final de año es momento de hacer balance, tanto en lo económico como en lo no económico. Es el ejercicio obligado previo a hacer planes para el año nuevo, con nuevos propósitos y objetivos, y con todo el futuro por escribir.
Haremos un breve repaso del año con los impactos más importantes en nuestro país, desde los lados humano, económico y social, para terminar, repasándolo desde la óptica del inversor, el perfil de nuestro lector habitual.
Lo miremos del lado que lo miremos, 2020 será sin duda un año difícil de olvidar, por el dramático impacto que la pandemia tuvo (y tiene) en nuestras vidas.
Por el lado humano, 2020 ha supuesto una auténtica tragedia, y entre 50 y 75.000 fallecidos por Covid19, según acudamos al Ministerio de Sanidad o al Instituto Nacional de Estadística. Poco podemos añadir al drama que representan estas cifras, que hay quien las califica como la ‘guerra de esta generación’. Sólo nos queda recordar a los que ya no están y aprender y prepararnos como sociedad para que estas cosas, si vuelven a pasar, no nos encuentren tan poco preparados.
Por el lado económico, la Covid19 ha dejado España con una caída del PIB estimada en torno al 12% (faltan apenas quince días para las estadísticas provisionales), y con el dudoso mérito de ser el país más afectado e la OCDE al ser también el más dependiente de las restricciones a la movilidad que han afectado gravemente al sector turístico, casi el 15% del nuestro PIB.
Del paro, no podemos aún hablar, pues aunque la cifra de Noviembre alcanza ya el 16% población activa, aún tenemos que ver cuál será el impacto real cuando se retiren las ayudas que representan los Ertes desplegados para combatir los efectos más graves de la pandemia, y cuya prórroga parece que seguirá al menos hasta el 2T de 2021. Será entonces cuando las cifras reflejen el impacto de la pandemia sobre el empleo, cuya tasa, según el BdE, podría superar el 20%, algo nunca visto.
Por el lado del impacto social -si es que los anteriores impactos no son también sociales-, parece que los cambios en las conductas que hemos vivido con la pandemia han llegado para quedarse: el teletrabajo, las compras on-line, las restricciones en las relaciones sociales y en los viajes, la mascarilla… resultan innumerables los cambios que hemos emprendido en este año que parece que vienen para quedarse. Está aún por ver si cuando la vacunación empiece a hacerse notar y se vayan mitigando los efectos sanitarios -algo que sin duda ocurrirá-, volveremos a vivir, a relacionarnos y a viajar como antes o si el recuerdo de este año se prolongará sine-die.
Un año de cambios profundos, con un avance en la digitalización de la sociedad como nunca antes habíamos visto: desde las clases por ordenador de niños y mayores o las consultas médicas por teléfono o las reuniones de trabajo telemáticas, hasta que ya no se vendan billetes en el autobús y se pague el café con el móvil con toda normalidad. Todo en nueve meses. Increíble ¿no?
Y llegamos al balance por el lado del inversor, que trata de conseguir que sus ahorros al menos no pierdan valor, lo que supone que deberán al menos superar la inflación y los impuestos. Por suerte para el inversor, no hay tensiones inflacionistas en la economía española, acumulando a Noviembre una caída del 0.8% interanual en los precios, con la alimentación como principal sector inflacionista y la energía en el lado opuesto, por la caída de la demanda a nivel mundial.
El inversor se encuentra con un escenario donde es muy difícil obtener rentabilidad por sus ahorros. Repasando los productos de inversión más habituales, tenemos el siguiente panorama:
- Depósitos Bancarios al 0%, en negativo ya para las grandes empresas y pronto ya para las pymes. Los particulares mantienen el tipo nominal del cero, pero las comisiones bancarias por las cuentas crecen, para compensar los enormes gastos operativos de las entidades bancarias.
- Deuda Pública española. En negativo a 3 años (-0.58%) y a 5 años (-0.41%) y cero (0.05%) a 10 años.Sólo si se espera que sigan cayendo los tipos hay opción de ganancias.
- Bolsa. Aquí hay que distinguir entre la Bolsa Española, las europeas, la de Estados Unidos y el resto.
- Una vez más, la Bolsa española ha sido la más castigada por la pandemia. En Marzo ganaba un 4%, pero llegó a perder un 36% este verano, acumulando a día de hoy unas pérdidas del 14.39%. Hay que tener el corazón fuerte para soportar estos altibajos.
- Las bolsas europeas reflejan con sus pérdidas el fuerte impacto de la pandemia en el continente, y salvo el Dax aleman (3.87%), el resto no se libra de las pérdidas. Y, hay que añadir, muy aliviadas por el positivo comportamiento de Noviembre, mes en el que se anunciaron las primeras vacunas.
- La Bolsa de Estados Unidos ha recuperado bien el susto inicial, con ganancias que van desde el 6.30% en el Dow Jones, el 15.60% el S&P500, o el 43.22% del Nasdaq.
- El resto de bolsas -ya muy lejanas para un inversor medio– tienen un comportamiento positivo: El Nikkei 225 ganaba el 15.35%, y todos los emergentes recuperan en el último trimestre y están en positivo, salvo China.
- Como tendencias globales, cabe señalar el castigo a los sectores financieros y el premio a los tecnológicos, así como que las cifras señaladas recogen la muy positiva evolución del mes de Noviembre, mes en el que comenzaron los anuncios de autorizaciones de vacunas. En la misma línea, hace meses que se descontaba el acuerdo sobre el Brexit que se firmó finalmente ayer, lo que parece situar los contadores a cero en la nueva relación UE-UK
- Fondos de inversión (Inverco – global). Acabaron Noviembre con un 0.07%, recuperando en el mes las fuertes caías sufridas desde el primer trimestre.
- Planes de Pensiones (Inverco – global). Consiguen acabar Noviembre planos 0.0%, igualmente gracias al comportamiento del último mes.
El inversor realmente lo tiene difícil para obtener rentabilidad por sus ahorros, y cada vez más necesita activos diferentes que equilibren sus carteras, que tienen casi todas el problema de que sus activos están correlacionados, y si algo pasa, les ocurre a todos a la vez, acentuando las ganancias o las pérdidas.
Frente a este panorama, la inversión directa en préstamos a Pymes, constituye una alternativa interesante, con poca volatilidad y con activos descorrelacionados, que los inversores deberían conocer e ir incorporándolas en una pequeña cuantía a sus carteras, como dicen los cánones de inversión sobre los activos alternativos.
Colectual este año ha incorporado una nueva categoría de activos: los préstamos de circulante con respaldo. Se trata de operaciones de financiación a un plazo máximo de 120 días en los que Colectual, además de analizar la solvencia de la empresa y asignarle un rating -Colectual sólo admite el 7% de las solicitudes que recibe-, verifica la operación mercantil que hay detrás de la financiación, comprobando con el cliente de la empresa la conformidad a los trabajos realizados y la fecha de pago.
De esta forma el inversor de Colectual ha podido obtener desde Marzo una rentabilidad media del 6.15% a un plazo medio de 96 días (el corto plazo es un factor clave de mitigación del riesgo), recuperando con rapidez la inversión, con libertad para cambiar de activo o de estrategia de inversión. En un contexto de incertidumbre económica, es clave poder recuperar la liquidez con rapidez.
En el contexto de alternativas que hemos visto que tiene hoy el inversor, los préstamos de circulante con respaldo, son una excelente opción para el inversor.
Y hasta aquí el balance que desde Colectual hacemos de lo que ha sido el 2020. Estamos convencidos que el 2021 será mucho mejor, y en nuestro próximo post razonaremos las razones de nuestra convicción.
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