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SuscribirmeEl inversor ante el Covid-19: Llegamos a junio.
Hace unas semanas, en uno de nuestros primeros post sobre el Covid-19, expresábamos nuestro ‘optimismo’ -entiéndase el entrecomillado- respecto a la situación a mitad de Abril.
Hablábamos entonces de cinco razones para el optimismo:
– Acuerdos mundiales para favorecer la recuperación
– Sensación de estar cerca del pico de la pandemia (lo peor podía haber pasado ya)
– Experiencia de crisis pasadas, con ciclos de recuperación cada vez más cortos.
– Robustez del sistema financiero en España
– Sentir de la sociedad en esta crisis (solidaridad frente a enfado y crispación en 2008).
Mes y medio después de la nota, salvo en el último punto (no tenemos remedio), el análisis de los cuatro restantes está resultando razonablemente acertado.
También indicábamos que la recuperación económica dependería de la evolución de la crisis sanitaria. Aún sin vacuna y en base a la misma receta empleada en 1.918 -confinamiento e higiene-, puede afirmarse que las principales economías mundiales han superado el pico de la pandemia. Excelente noticia.
La consecuencia de ello es el levantamiento progresivo de las medidas de confinamiento que tanto han dañado la economía. Esto se traduce en una mejora generalizada en los datos de la economía en Mayo, respecto al hundimiento de los mismos en el mes de Abril.
Los acontecimientos se suceden a velocidad de vértigo, hasta el punto que un amigo me decía que cada semana parece un año entero. Estamos viendo cosas que no esperábamos, como revueltas sociales en Estados Unidos inéditas en décadas, o augurios dramáticos sobre la economía que se matizan mucho un mes después.
Hay problemas que continúan estando ahí, como el Brexit o la crisis Usa-China, pero parecen un juego comparados con el Covid-19.
Razones para el optimismo: hay partido.
En estos momentos creemos que las razones para el optimismo no son sólo un ejercicio de fé, como pudimos haber hecho en Abril, sino que se basan en lo acertado del diagnóstico de factores realizado entonces y en los datos económicos del mes de Mayo, que apuntan a una recuperación, de velocidad incierta, pero recuperación.
Así, los datos de empleo de Mayo mejoran respecto a Abril (+187M afiliados), con toda la incertidumbre que suponen los 2.6 millones de personas en Ertes, que se reducen en 450M respecto a Abril.
Los apoyos públicos en las economías europeas alcanzan cifras estratosféricas: 750.000 millones de € para el Fondo de Recuperación -podrían corresponderle a España unos 75.000 no reembolsables-, adicionales al programa del BCE de compra de deuda por 600.000 millones de € hasta 2021.
La confianza entre los agentes económicos, aun con temor a las recaídas, se va afianzando.
Cuando se redacta esta nota -8 de Junio- el Ibex35 se sitúa próximo a los 7.900, tras su mejor semana desde la crisis de 2008, y por encima ya de su valor previo a la declaración de pandemia. Seguro que hay recaídas, pero la recuperación se está produciendo.
No obstante, conviene mantener la cabeza fría y no hacerse excesivas ilusiones. Los nubarrones siguen sobre la economía española y a la incógnita que los Ertes representan sobre el empleo se suman incertidumbres como las cuentas públicas, con un gran desequilibrio -se apunta a un 11.5% del PIB a final de año- que supondrá un enorme dolor rebajar, la incógnita sobre la temporada turística, o las duras noticias sobre sectores industriales en crisis. El BdE en su informe del 25 de Mayo sitúa la recuperación del PIB previo a la pandemia a mediados de 2022 y con el 17% de paro, tres p.p. más que en Marzo. Complicado panorama.
Con todo lo duro, es un escenario que muchos hubiésemos firmado a mitad de Abril. Y es que, para iniciar la recuperación, primero hay que detener la caída y eso podría estar pasando ya.
Llegados a este punto, hay que pasar de lo macro a lo micro, y hay que recordar que la economía también depende de la actitud y el comportamiento de los agentes económicos privados, entre ellos los consumidores y los ahorradores e inversores privados. Con diferente grado, todos tenemos alguna capacidad y responsabilidad de contribuir a salir de la crisis.
Siempre, pero ahora especialmente, es un momento para apoyar nuestro entorno, lo que supone que, si se dispone se recursos, uno debería aprovechar para conocer el país y consumir sus productos. E igualmente, si dispone de recursos, apoyar a proyectos generadores de empleo y riqueza como los que representan las financiaciones a empresas que Colectual presenta a sus inversores.
Detrás de cada proyecto, hay una empresa que sostiene a sus empleados y proveedores y que contribuye a generar actividad e ingresos para el sector público, que tanto los necesita para atender la sanidad o la educación. Esas empresas, con caras y ojos, son las que necesitan el apoyo de todos, y que gracias al Crowdlending ahora pueden tenerlo a partir de pequeñas aportaciones de ahorradores particulares.
El mundo sigue su curso y los acontecimientos de los próximos meses serán decisivos para determinar si la recuperación es rápida o lenta, pero en todo caso, parece claro que la situación hoy es mejor que la de mitad de Abril y que el optimismo sobre el futuro tiene hoy más base que entonces.
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